jueves, 12 de diciembre de 2024

Diez prácticas educativas basadas en la evidencia

 

A continuación, se presenta el resumen de 10 prácticas educativas basadas en la evidencia científica. Fueron reunidas en el año 2010 por el experto en educación Barak Rosenshine e incluidas en una serie más impulsada por la Academia Internacional de Educación sobre los métodos de enseñanza más eficaces.

1.     Haz revisiones a diario

Comienza cada clase con un pequeño repaso. Esto reforzará los aprendizajes adquiridos en las jornadas anteriores y permitirá que los estudiantes los recuerden y accedan a ellos con facilidad a la hora de comprender algo o resolver un problema.

 2.  Presenta los contenidos nuevos paso a paso

En cada sesión, presenta únicamente una pequeña parte del nuevo contenido y ayuda al alumno mientras practica con ella de forma autónoma.

Si quieres que tus alumnos aprendan a resumir un párrafo, divide esta tarea en tres subtareas: identificar el tópico, identificar la idea principal e identificar las ideas secundarias. A continuación, explica a los estudiantes en qué consiste la primera subtarea, ejerce de modelo (piensa en voz alta) sobre cómo hacerla y pídeles después que practiquen ellos mismos con párrafos nuevos. Pasa a la siguiente subtarea cuando la anterior ya esté dominada.

 3.     Haz preguntas

Haz preguntas abundantes y variadas. Las preguntas ayudan a los estudiantes a utilizar los aprendizajes recién adquiridos y a conectarlos con sus conocimientos previos. 

Esta práctica te ayuda a ti a reunir información sobre qué no les ha quedado claro a los alumnos. Por último, formular preguntas también es útil para conocer cómo llegaron los estudiantes a una conclusión determinada o qué proceso usaron para resolver un dilema.

 4.     Modela y aporta ejemplos

Consiste en hacer una tarea ante los estudiantes mientras, razonas cada paso en voz alta. Este modelado puede ir acompañado de pistas. En estos casos, tras ejercer de modelo, pide a los estudiantes que usen las pistas de forma independiente en un material nuevo mientras les das toda la ayuda que necesitan.

Presenta a los estudiantes ejemplos abundantes y variados para que adquieran mejor los nuevos aprendizajes. Resulta también muy eficaz dejar a disposición de los alumnos ejemplos que has resuelto paso a paso previamente a través del modelado para que ellos los puedan analizar y emplear como modelo al enfrentarse a problemas similares en un futuro.

5.  Guía práctica de los estudiantes

Cuando el objetivo es que un aprendizaje perdure en el tiempo, es necesario que brindes al alumno la posibilidad de practicar una y otra vez, de sintetizar, de elaborar, de reformular lo aprendido.

Para optimizar esta práctica, puedes aplicar diversas estrategias como: hacer preguntas, dar explicaciones abundantes y ejemplos variados, comprobar que el alumno está entendiendo lo que está practicando, corregir errores y modelar. Además, puedes pedir al alumno que resuma los puntos principales o que repita los pasos que ha aprendido para completar una tarea.

6. Comprueba que tus alumnos están aprendiendo

Es importante que verifiques que todos tus alumnos están aprendiendo lo que les estás enseñando. La evaluación favorece que la nueva información pase a la memoria a largo plazo ya que obliga al alumno a elaborarla más. A ti, como profesor, la evaluación te permite verificar si los alumnos están asimilando conceptos equivocados y comprobar si es necesario volver a incidir sobre algunas partes de la materia.

7.  Persigue un índice de éxito alto

Es importante que los estudiantes alcancen niveles de éxito altos tanto durante la instrucción como durante las actividades prácticas. De otra forma, estaremos haciendo que los estudiantes practiquen y aprendan errores.

Durante el aprendizaje, es normal que los alumnos cometan errores ya que es su forma de aproximarse a conceptos nuevos de los que apenas tienen conocimientos previos y de formar una elaboración mental propia. Para evitar que el alumno reincida y aprenda estos errores, conviene que la práctica siempre sea guiada y supervisada, que el material se presente poco a poco y que se compruebe con frecuencia que efectivamente el alumno está comprendiendo lo que le estamos enseñando.

8. Ofrece al alumno apoyos intermedios ante tareas complejas

Ante una tarea muy compleja, es importante que des al alumno apoyos intermedios y que los vayas eliminando a medida que éste se vuelve más competente.

Como profesor, puedes dar estos apoyos intermedios haciendo modelado de los pasos a seguir ante una tarea, pensando en voz alta mientras resuelves un problema o elaborando tarjetas a modo de pista para que los estudiantes las utilicen como modelo al enfrentarse a una tarea compleja nueva.

Ante este tipo de tareas, es recomendable que te adelantes a los errores más frecuentes e informes a los alumnos de los mismos antes de comenzar a trabajar.

9. Reserva tiempo para que los alumnos practiquen de forma independiente

La práctica independiente es importante porque para lograr que una habilidad se vuelva fluida y automática hace falta que los alumnos dediquen mucho tiempo a practicarla. Cuando un alumno logra cierta mecanización, puede dedicar más tiempo a comprender lo que tiene delante y a aplicar lo que sabe. Por ejemplo, cuando un alumno es capaz de leer de forma automática y sin errores, puede dedicar todos sus recursos a comprender lo que está leyendo (por ejemplo, una receta de cocina) y a utilizarlo si es el caso. La necesidad de alcanzar esta fluidez se aplica a hechos, conceptos, operaciones, etc.

10. Haz revisiones semanales y mensuales

Cuanto más repetimos y revisamos información nueva, más sólido se vuelve el nuevo conocimiento, más conexiones creamos entre éste y nuestros conocimientos previos y, como consecuencia, más fácil es acceder a él cuando nos hace falta. Éste es precisamente uno de los principales objetivos de la educación: ayudar a los estudiantes a desarrollar un conocimiento amplio y bien conectado.

Una forma de realizar revisiones periódicas en el aula es repasar todos los lunes lo aprendido durante la semana anterior y repasar el último lunes de cada mes lo aprendido durante el mes anterior. Estas revisiones pueden incluir un cuestionario que te permita, por un lado, determinar si los alumnos están aprendiendo; y, por otros, conocer qué partes de la materia requieren que les dediques más tiempo.

Referencias

Rosenshine, B. (2012). Principles of instruction. Research-based strategies that all teachers should know. American Educator, 36, 12-19, 39.

 

viernes, 29 de noviembre de 2024

El uso de la calculadora para alumnos con dificultades de aprendizaje

En un estudio con alumnos de 6º grado entre los que se encontraban alumnos con discapacidad, Bouck y Bouck (2009) concluyen que el uso de la calculadora puede ser beneficioso para mejorar el desempeño académico de los alumnos con más dificultades. Pese a esto, los propios alumnos reconocen que apenas utilizan la calculadora en la escuela (Bouck y Kulkarni, 2009).

En un estudio con alumnos de 7º grado (Bouck, 2009) se comparó el rendimiento de alumnos con discapacidad y sin discapacidad. Primero, todos hicieron un examen de problemas sin calculadora y después otro examen similar donde sí que pudieron utilizar la calculadora. Se comprobó que los alumnos con discapacidad obtuvieron una mejora significativamente mayor que la de sus compañeros sin discapacidad cuando a ambos grupos se les dejó utilizar la calculadora.

En un estudio con 5 alumnos de 5º de Primaria con discapacidad intelectual leve, Yakubova y Bouck (2014) observaron que permitirles utilizar la calculadora hacía que tuvieran mejores resultados durante la resolución de problemas.

En otro estudio de Bone y Bouck (2018), los alumnos con discapacidad cognitiva resolvieron más problemas cuando se les permitió utilizar la calculadora. A pesar de esto, estos mismos alumnos prefirieron no utilizarla para más de la mitad de los problemas que se les pusieron. No se conocen todavía las razones que pueden motivar esta decisión.

Esta misma autora señala la importancia de que los alumnos reciban una adecuada instrucción sobre cómo utilizar la calculadora, sobre todo en el caso de la calculadora gráfica, ya que saber cómo manejarla adecuadamente es un factor determinante para obtener buenos resultados (Bouck, 2010).

Referencias bibliográficas

·         Bouck, E. C. (2009). Calculating the value of graphing calculators for seventh-grade students with and without disabilities: A pilot study. Remedial and Special Education30(4), 207-215.

·         Bone, E. K., & Bouck, E. C. (2018). Evaluating Calculators as Accommodations for Secondary Students with Disabilities. Learning Disabilities: A Multidisciplinary Journal23(1), 35-49.

·         Bouck, E. C. (2010). The Impact of Calculator Type and Instructional Exposure for Students with a Disability: A Pilot Study. Learning Disabilities: A Multidisciplinary Journal16(3), 141-148.

·         Bouck, E. C., & Bouck, M. K. (2008). Does it add up? Calculators as accommodations for sixth grade students with disabilities. Journal of Special Education Technology23(2), 17-32.

·         Bouck, E. C., & Kulkarni, G. (2009). Middle-school mathematics curricula and students with learning disabilities: is one curriculum better?. Learning Disability Quarterly32(4), 228-244.

·         Bouck, E. C., Joshi, G. S., & Johnson, L. (2013). Examining calculator use among students with and without disabilities educated with different mathematical curricula. Educational Studies in Mathematics83(3), 369-385.

·         Close, S., Oldham, E., Shiel, G., Dooley, T., & O’Leary, M. (2012). Effects of calculators on mathematics achievement and attitudes of ninth-grade students. The Journal of Educational Research105(6), 377-390.

·         Mao, Y., White, T., Sadler, P. M., & Sonnert, G. (2017). The association of precollege use of calculators with student performance in college calculus. Educational Studies in Mathematics94(1), 69-83.

·         Yakubova, G., & Bouck, E. C. (2014). Not all created equally: Exploring calculator use by students with mild intellectual disability. Education and Training in Autism and Developmental Disabilities, 111-126.